domingo, 8 de junio de 2014

Oferta y demanda



Hace unos días dos buenos amigos han protagonizado un pequeño debate en Facebook sobre los desorbitados sueldos que cobran los futbolistas de élite actualmente. Uno de ellos se escandalizaba, a la vista de la que está cayendo, de que se paguen estos sueldos y el otro esgrimía el concepto de ley de oferta y demanda para justificar que se establezcan estos emolumentos a la vista de los enormes beneficios que reporta este deporte, tanto a clubes, televisiones y sociedad en general que se aprovecha de la creación de puestos de trabajo.

Ambos tienen parte de razón, es evidente que cuando se habla de empresas privadas, es lógico pensar que con su dinero hacen lo que les viene en gana. Más dudoso es apelar a la ley de oferta y demanda que, básicamente, se apoya en el principio de que si la demanda excede la oferta el precio sube y viceversa, es decir, si la oferta excede la demanda el precio baja.

Bajo estas premisas parece que la oferta futbolística en nuestro país excede con mucho la demanda, numerosas competiciones y enfrentamientos que nos proporcionan fútbol un día sí y otro también. (Pretemporada, temporada, liga, copas europeas, continentales intercontinentales, mundiales, partidos benéficos etc. etc …)

Parece que existe más fútbol que el que podríamos digerir, por lo tanto existe mayor demanda que oferta de este deporte. Siguiendo la ley, el precio debería de bajar estrepitosamente. No ocurre así, todo lo contrario, cada vez los sueldos de los jugadores, los precios de las retransmisiones y de las entradas son mayores.  Es lógico que una actividad que genera tantísimos beneficios se retroalimente en la misma medida.

El fútbol es considerado la decimoséptima economía mundial, en España roza el 2% del PIB, en 2010 creó 85.000 empleos directos e indirectos aportando 9.000 millones de euros a la economía, (solo la quiniela 500 millones al año) cada temporada acuden a los campos españoles 14 millones de personas.

Si, las cifras marean, pero es bueno pararse a pensar, que tantos kilos de euros deberían tener una lectura en clave de marco social actual, en un país con casi 6 millones de parados y una deuda cercana al 100% de lo que somos capaces de generar y con graves carencias sociales, umbrales de la pobreza que atenazan a un gran número de españoles, desatención a dependientes, sanidad, educación y empleo precarios, desigualdades cada vez más evidentes, es sencillamente inmoral que un individuo firme un contrato por 20 millones de euros anuales.

Da igual a que se dedique, si lo hace bien o mal, si es rentable o no. Una inversión de este calibre no se explica en la situación actual. No pretendo demonizar al deporte rey, otros deportes también incurren en esta inmoralidad: tenistas, pilotos de Fórmula Uno, algunos jugadores de baloncesto,… Si trasladáramos la rentabilidad de la producción de un deportista de élite al ámbito de empresas no deportivas, nos encontraríamos con sueldos similares para investigadores, arquitectos, médicos, docentes, y otros cuya rentabilidad no está equiparada a sus emolumentos.


¿Cuántas vidas ha salvado este médico? ¿A cuánto está la vida humana hoy en bolsa?.... A ver…. tantos curados a tantos euros cada uno, nos dan una rentabilidad del carajo, pero el sueldo del médico de élite, no es de 20 millones de euros, y además no hace anuncios de champús ni de calzoncillos que le complementen su sueldo en un hospital público.

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